jueves, 3 de abril de 2014

Casas de cartas

A veces,
cuando duermen mis manos,
y cuando algunos duermen también,
mis pies siguen andando,
avanzan
decididos, serenos,
y buscan
ese punto en los límites de la noche
en donde todos los senderos convergen,
recorren distancias improbables,
y andan, desandan
y vuelven adonde empezaron a andar.

Y, cuando mis pies duermen,
y cuando los otros duermen también,
mis manos
livianas
buscan en la oscuridad
esa fractura en la articulación del universo,
moldean mundos de arena,
traman hombres, mujeres y chicos desrostrados
y los observan,
ven sus sueños
quietos
y quieren empujarlos.

Y, cuando mis manos
y mis pies duermen,
y todos los demás duermen también,
mi sangre, mi pensamiento,
mis sentidos
todos se abren,
hierven
y diseñan, construyen
las casas de cartas que habito
durante el día.

Después,
cuando todos despiertan,
bostezan
y salen al mundo
a buscar
algo para comer,
para coger
y se quejan
porque comen mal
o cogen mal
y se pierden en la memoria diurna
y en ficciones traslúcidas,
a mí
me da sueño.




3 comentarios:

  1. muy bueno! luego vuelvo para ver el video, con más tiempo.

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  2. Muy bueno, y capta muy bien, con belleza, tanto un estado mental como una hora de la noche, cuando esta ya está en retirada y su reinado termina.

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  3. ¡Muchas gracias, Julieta, Luis! El video (o la canción) no está relacionado al poema más que por el nombre... Sin embargo, me pareció una buena excusa para subir esa preciosa canción. ¡Un beso grande!

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