lunes, 31 de marzo de 2014

Acercamientos entre la nada y el propio ser

Nunca quise esperar algo de vos.
Ni tener que decirlo.
Nunca quise que nadie esperara algo de mí.
Nunca quise decir 
ni una sola palabra.
Nunca quise otra cosa 
más que mirarte, 
perderme en vos,
y volver a descubrirte 
a cada segundo.
Nunca quise ser carne
o huesos…
… nunca quise nacer o morir, acompañarte
o tener que dejarte.
Nunca quise que mi sombra sesgara tus pensamientos.
Nunca quise ser un hijo
ni un hermano.
No soy un padre
ni tu novio.
No puedo ser simplemente nada;
soy algo que existe porque sí,
y muere porque sí,
entre todas las cosas infinitas porque sí.
No soy la imagen que está en ese espejo, no soy yo
lo que están mirando tus ojos…
… soy lo que tus ojos quieren ver.
Y nunca supe realmente 
cómo hacer nada
de todo lo que aparentemente sé hacer.
Nunca supe 
cuántas decisiones, correctas o equivocadas,
pude haber tomado.
Me gusta romper…
… lo que sea.
Nunca quise ser tu encierro. No quiero
tener que ir a tu entierro.
Nunca quise esperar algo de vos.
Nunca quise otra cosa
más que mirarte 
y descubrirme en vos sorprendido.
Nunca quise que nadie esperara algo de mí, no.
Nunca quise decir 
ni una sola palabra.


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