Dios está con los muertos,
envueltos en su cansancio sordomudode larva ahogada.
Está en los ojos que presienten lo que ven
y lo que pudieron haber visto,
cuando buscan el curso de las cosas
y encuentran el vacío.
Está en los amigos que buscan
entre las tumbas y la lluvia,
con sus paraguas de colores.
Está en el mundo que sigue y que no se lamenta,
Está en la muerte,
que está de fiesta.
Está en la niñez, en el olvido,
en lo que alguna vez nos fue familiar
y ya nos es ajeno,
siniestro.
Está en el pensamiento de enfrente,
en la intuición del todavía,
en lo que se ama,
en lo que se odia.
Está en la ciencia llena de nervios.
Está en el juicio del hombre
de sí mismo.
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